Y LLEGARON LOS REYES MAGOS.
Aquí desde mi rinconcito quiero
contarles algo.
No pretende ser un consejo, o
puede que sí; mi pretensión simplemente es trasladarles, como siempre, mi opinión
al respecto, mis sentimientos si cabe, al deseado día de Reyes por parte de
nuestros pequeños.
Esta noche vienen Sus Majestades
los Reyes Magos. Los niños están, casi en las mismas dosis, ilusionados y
nerviosos. Por supuesto esperan regalos, por supuesto les va a emocionar
aquello que han pedido y por lo que la espera se les ha hecho eterna. Pero
pensando en mi niñez, son pocos los recuerdos que tengo de los regalos, quizás
recuerdo alguno que me hacía mucha ilusión o aquel con el que jugué más; lo
más que recuerdo era el sentimiento de júbilo con mis hermanos, las risas de ese
día con mis padres, recuerdo más aparcar la bicicleta nueva y jugar con mis
amigos que la bicicleta en sí. Claro que los niños deben tener juguetes que
despierten su creatividad, que le permitan socializarse, evadirse del colegio y
de las tareas colegiales, pero, ante todo, recordarán la dedicación de sus
padres ese día, como les atendían mientras desenvolvían los regalos y hasta
cuando papá o mamá les ponían atención cuando con entusiasmo, les explicaban
todo lo que hacía un determinado juguete o vídeo juego. Eso es lo importante y
lo que recordarán con más cariño cuando sean mayores. Hagan repaso a sus
recuerdos infantiles, al menos por mi parte, esos son los más que me han
marcado, los juguetes el tiempo transcurrido los ha hecho borrosos. Busquen tiempo, tiempo
de dedicación a sus hijos. Les puedo asegurar que a lo mejor no recordarán el
vestido que tenía la muñeca de este año, no recordarán que color tenía el coche
teledirigido, o quizás sí, pero lo que sí recordarán con autentica pasión es
como lo pasaban con ustedes y hasta reirán recordando cuando te sacaron de tus
casillas. Van a crecer y lo harán muy rápido. Disfrútalos al máximo y déjale
maravillosos recuerdos. No intentes suplir tu dedicación para con ellos, con el
juguete más caro, o más difícil de conseguir, porque lo que recordarán es que tú estabas o no, para compartir ese momento.
Les dejo que mis hijos y yo vamos
a colocar las galletas para Sus Majestades y el agua para los camellos.
¡Feliz noche mágica!