Aquí desde mi rinconcito, estas palabras van
.. Para mi querido hijo, Bruno:
Ya tienes diez añitos, una década desde aquel tres de octubre.
Cuando seas mayor, más mayor porque ahora ya lo
eres, ten en cuenta lo que te digo siempre, que los sueños se consiguen con
deseo y dedicación. Que todo lo que te propongas se puede convertir en
realidad. Tú eres fuerte, inteligente, listo y resuelto. Todo lo que tu mente
te dicte, podrás hacerlo. Cuantas veces dijeron de muchos que estaban locos, que
eran brujos, que no lo conseguirían y hoy vemos normal lo que para ellos eran
sueños y deseos. Si eres constante alguna vez las cosas llegan hasta de la
forma más inesperada. Recuerda que todo llega en el momento preciso, cuando de
verdad te toca, cuando estás preparado para recibirlo.
Aprovecha las oportunidades que se te presenten
y que quieras. Podrá darte miedo, pero todos tenemos miedo. Muchas veces te he
dicho que el valiente no es el que no tiene miedo, sino el que conquista ese
miedo y tú eres muy capaz. Si no lo intentas siempre será inalcanzable. Si te equivocas,
pero lo deseas, o te hace vibrar, sigue, comienza de nuevo, mira en que
fallaste y vuelve a intentarlo. En el caso, de que decidas que no quieres
continuar o no lo deseas igual que antes, pues a por otra cosa. Eso sí, te repito, si te hace
vibrar no te rindas nunca.
Anda por la vida disfrutando del camino. Tú
eres el que lo hace especial y fantástico, todo depende de cómo elijas verlo y
con quien o quienes decidas recorrerlo. Has que las personas a las que quieres
vean el mundo maravilloso gracias a ti. Y decide estar con aquellas, que son
bellas por dentro y ellas harán de tu vida lo mejor del mundo.
Rodéate de esas personas que quieran verte
sonreír, pero que sufran contigo si lo pasas mal y que sujeten tu mano o
simplemente te acompañen, quedándose a tu lado si lo necesitas.
Confía en tu cerebro, pero también en tu intuición, siempre has sido capaz con esa magia de la infancia de captar el interior de las personas, sabes que un corazón hermoso se refleja en el exterior. No pierdas nunca esa gracia y zalamería que tiene tu niño interior, el niño que eres hoy. Déjale estar ahí, en ti.
No dejes de tener sueños, tengas la edad que tengas, nunca dejes de mejorar y de superarte a ti mismo, compite contigo, los sueños te mantienen ágil y te agarran a la vida.
Jamás intentes dejar de ser tú para agradar a
alguien. Los que te quieren deben aceptarte, si no te aceptan o no te quieren
como eres, no te merecen. Eso sí no compitas con nadie, más que contigo para
superarte y mejorar en lo que tú consideres. Eres un ser único y eso es lo que
deja huella en nuestros seres queridos. Tú también debes querer a tu gente como
son, con sus virtudes y defectos, porque esas diferencias nos hacen especiales.
Recuerda que la felicidad está dentro de ti,
que la vida te dará palos, pero que todo depende de cómo te lo tomes y cómo lo
afrentes. Enfádate, sufre lo que necesites, llora si te lo pide el cuerpo, pero
no olvides sacudirte y levantarte más fuerte. Piensa en frío cuando te
recuperes y busca la solución, sabes que puedes y que llegaras a encontrar la
paz. Seguramente para ello tendrás que volver a estudiar, pensar, actuar,
corregir y repetir el proceso tantas veces como sea necesario hasta que logres
un resultado positivo.
Los errores te harán crecer, úsalos a tu favor,
para aprender y desarrollarte en todos los ámbitos.
Despierta siempre con entusiasmo. Empújate para
agarrarte a la vida, cada día y contempla los amaneceres, atardeceres y
anocheceres como si fueran los primeros que ves en tu vida.
Recibe cada día la luz del sol que es
maravillosa, baila bajo la luna si te apetece y recréate con las estrellas,
como hacemos juntos ahora. También debes disfrutar de la lluvia, sabes que es necesaria.
Sin ella no brotarían las semillas que producen los mantos de las flores con la
que nos recreamos cuando paseamos por el campo y tampoco habría árboles
ofreciéndonos su sombra con sus frondosas copas.
Espero que tengas una vida larga, próspera y feliz, deseo que puedas volar a donde quieras y tan alto como quieras.
Vive de tal manera que tus seres queridos no te
olviden nunca porque la huella que hayas dejado en ellos habrá sido imborrable.