sábado, 31 de octubre de 2020

LAS MUJERES SON UNAS BRUJAS


 

Las mujeres son unas brujas

¿Qué las mujeres somos brujas?

Claro que sí. Estoy de acuerdo.

Yo he curado el llanto de la caída de un niño con la magia de un abrazo.

He realizado un milagro para pagar todos los gastos y que aún quede para ese juguete que ilusiona a mis hijos.

He limpiado y recogido la casa en solo unos minutos y sin varita mágica.

He organizado una suculenta cena, con solo sobras.

He logrado que un niño concilie el sueño con el conjuro de caricias en la espalda.

He conducido mi escoba tras quedarnos dormidos, esquivando atascos y logrando llegar a tiempo a colegios y trabajo.

He logrado sacar la sonrisa de familiares y amigos cuando todo lo veían negro.

He sido capaz, tras un día malo, de esconder mi mal humor o mi pena, para jugar y reír a carcajadas con mi familia.

He hechizado con amor a mi esposo cada noche.

Por supuesto que soy bruja.

Bienvenidos a mi aquelarre.

jueves, 15 de octubre de 2020

GRACIAS.

 

GRACIAS.

Aquí desde mi rinconcito hago, llamémosla así, una confesión.

En algún momento de mi vida, sufrí lo indecible por querer cambiar a alguien, por desear que esa persona diera y quisiera como yo creía que debía ser.

Sufría pensando que no me quería y ese dolor lo llevé y alargué en el tiempo influyéndome a menudo en el resto de mis relaciones afectivas de la índole que fueran.

Entiendo que no fue lo que yo esperaba, pero eran mis expectativas, no las suyas.

Comparaba constantemente a esa persona con otras conocidas, sin darme cuenta, que no hay dos personas iguales, lo que producía cada vez más desencanto y decepción por mi parte. Entiéndase que cuando es alguien tan cercano, hasta en ocasiones, te culpas tú de su comportamiento.

No, no he perdonado. He comprendido que no había nada que perdonar. Dio y aportó lo mejor que pudo, todo lo que tenía y lo que tenía por costumbre dar, lo que creía que era suficiente, lo que sabía, lo que tenía dentro, lo que le enseñaron a aportar.

Y, con mi madurez, he dejado ir esa pena, ya no duele, no me quema, no me daña.

Ahora también comprendo que esta reflexión es válida, para las relaciones con un padre, una madre, una pareja o un amigo…

Toca seguir, continuar avanzando, caminando sin peso, sin lastre que te atrape y agradecida por lo que dio, aportó y cambió en mi vida, que ha hecho la persona que hoy soy.

Hoy te doy las GRACIAS.

jueves, 8 de octubre de 2020

HAZLO

  • Para todos es un verdadero “coñazo” tener que estar con mascarillas. En algunos casos, por patologías de tema respiratorio o incluso dermatológico, aún puede ser peor. Desde mi rinconcito te llamo a que hagas una reflexión:

No lo hagas por ti, si no quieres.

Hazlo por nuestros abuelos, que han pasado sufrimientos inimaginables y merecen una vejez digna.

Hazlo por nuestros padres, que deberían llegar a disfrutar de sus merecidas jubilaciones o seguir disfrutándolas después de toda una vida de trabajos y sacrificios.

Hazlo por tus amigos, por tus compañeros o conocidos.

Hazlo, incluso, por aquellos desconocidos que te cruzas en la calle, que tienen personas que las quieren esperándolas igual que tú a los tuyos. Hazlo porque si les llegaras a conocer, seguro que te caerían bien.

Se solidario, hazlo, ponte la mascarilla.