Aquí desde mi rinconcito escribo estas líneas, que hoy van dedicadas a todas aquellas personas que están pasando por esa situación.
Espero que sirvan para que se ocupen de si mismas a partir de leer estas letras.
CUANDO TODO SE ACABA
Cuando la relación se termina
todos esperan que hagas el correspondiente luto.
Algunos esperan de ti más tiempo
de soledad, llorando y lamentándote por tu fracaso. Lo menos que esperan es que
vuelvas a estar con alguien. No esperan que vuelvas a salir, a intentar
divertirte o simplemente retomes aquello que una vez dejaste y te gustaba o
te hacía feliz. No esperan que quieras hacer algo que dejaste de lado por tu
pareja.
Todos esperan que guardes el
luto. Sí, el luto, al fin y al cabo, es una muerte, la muerte de una relación.
Lo que nadie sabe es cuanto
tiempo antes has tenido ese luto. Cuanto tiempo has estado siendo infeliz, despertándote
con el deseo de que todo haya cambiado. Cuanto tiempo has estado aguantando y
soportando la situación, para volver a acostarte una noche más con los
sinsabores, con la pena y la tristeza de que todo sigue igual y que no merece
la pena continuar. Tampoco nadie sabe cuanto ha soportado la otra parte; ya que
la culpa si la hay es de dos, puesto que también los dos tuvieron la idea un
buen día de comenzar la relación.
Tu propia familia y amigos te
juzgarán, pondrán en entredicho tus decisiones. Y ya no digo si se trata de
los amigos y familiares de la otra parte; ellos serán peor contigo.
Lo cierto es que pocos de ellos
han ayudado en tus malos momentos, en ocasiones ninguno. La verdad es que nadie
estaba ni estará en tus zapatos, ni lo vivirá como tú lo has hecho. Pero por
supuesto, tampoco lo harán de la otra parte de la pareja.
Así que ahora, no te importe que
opinen los demás, no te importe lo que se diga de ti. Te tocó levantarte
buscándote y queriéndote a ti misma. Haz todo aquello que dejaste aparcado.
Dedícate el tiempo que te restaste para dedicárselo a tu pareja. Vive, quítate
el negro. Vístete, pero vístete el alma de color.