miércoles, 29 de diciembre de 2021

SIN DARME CUENTA









SIN DARME CUENTA.

    Entraste en mi vida sin darme cuenta. Cuando reparé ya era demasiado tarde, me había enamorado. Sucumbí al amor aunque decía que no creía en él. Sin pensarlo, estaba organizando ya todo contigo.
Me enamoré sin reparar en qué sucedía, sin aceptar que tus sentimientos eran sinceros. Me engañaba a mí misma pensando que era una aventura, esa era la forma que yo tenía para que no me volvieran a hacer daño. Igual que un elefante en una cacharrería, pusiste mi vida patas arribas, sin embargo, todo fue para bien. 
Tuve que cambiar miles de planes, tirar abajo mis esquemas. 
Pronto decidimos crear una familia, de la que hoy estoy tremendamente agradecida.
Con nuestros hijos la vida se volvió más ajetreada, pero también más cálida y más divertida. 
El hogar se volvió el mejor lugar para volver, vuestras sonrisas mi auténtica balsa salvadora, vuestros besos la mejor cura para mis heridas y tus brazos mi refugio.
Mi corazón sanó. Tú, principalmente, has ayudado a reparar un corazón herido, que yo no creía recuperable.
Cambió mi forma de ver la vida, cambiaron mis prioridades, me hizo crecer psíquica y espiritualmente. Comencé a creer que cada día puedo ser mejor persona, por mí, por ustedes y por los demás. 
Sin duda, eres el culpable de que mi universo sea tan especial, que a veces tenga miedo despertar y que esto sea solo un sueño. 
Gracias por desorganizar mi vida, cambiar mis planes, rectificar
mis esquemas y lo hiciste así, fácil, sin darme cuenta.

jueves, 2 de diciembre de 2021

ANIVERSARIO DE BODAS

 








¡Qué jóvenes! ¡Cuánto ha llovido desde entonces!


    Hoy es nuestro aniversario de bodas. Sí esa fecha que siempre se nos pasa a los dos. Días después algún familiar o amigo nos lo recuerda al preguntarnos como lo hemos celebrado y los dos nos reímos. Siempre uno de nosotros contesta que no hemos hecho nada especial.

    Los dos pensamos igual, ¡qué más da el día! Todos los días deberían ser para celebrar de una forma u otra. El hecho de un día más, de un día más en común, de poder despertar y poder continuar ese día, ya es un privilegio y es especial.

    Cuando pese a las discusiones normales y propias de las parejas, de la tensión, del estrés del día a día,  ambos buscan soluciones juntos a los problemas, sorteando los sinsabores de la vida y desean continuar apoyándose, respetándose, queriéndose; eso es  motivo de una celebración constante.

    Si uno de ellos ronca, si el otro deja la ropa mal colocada, si no están de acuerdo con algo,  si se discute, con respeto, claro, qué más da, si al final del día quieres a tu pareja a tu lado en la cama, aunque solo sea para dormir sintiéndole cerca.

    A ti mi amor, mi querido compañero quiero darte las gracias, ya que hoy me he acordado (risas), por desear continuar conmigo, por ganarte casi a diario que yo también quiera seguir a tu lado. Agradecerte tus abrazos, tus ánimos cuando decaigo, tus masajes cuando me encuentro mal, tu apoyo en mis proyectos y sueños, que respetes mis decisiones, mis deseos, mis ilusiones y permitas que me lance a alguna piscina sin mirar si hay agua y no me reproches ¡te lo advertí!  Así mismo, agradecerte que perdones mis sombras y que disfrutes de mis luces. Gracias por hacer que nos riamos juntos de nuestros defectos, por resaltar y felicitar mis virtudes y por recordarme mis fallos con benevolencia para que intente mejorar cada día.  

    Aplaudo porque disfrutes como yo de los momentos familiares, de los amanecer y atardeceres que nos encanta observar.

    Celebro haber encontrado a alguien que quiera andar por la vida a mi lado, nunca delante, nunca detrás, sino a la par.

GRACIAS.