miércoles, 30 de junio de 2021

ASÍ SOY YO:


 









Aquí desde mi rinconcito quiero explicarte que:




ASÍ SOY YO:

         A veces soy un poco alocada, caprichosa, imprudente, intensa y hasta algo dramática. Entro a saco como un elefante en una cacharrería cuando me sacan de mis casillas, pero también soy dulce, coherente, aplicada, leal, emotiva, empática.

        Tengo momentos de paz y momentos de tempestad. Para mí no existe “el término medio”. Tengo etapas de felicidad extrema y otras de tristeza intensa.  A veces necesito buscar tiempo de soledad y otras veces necesito tiempo de compañía, de arropar y sentirme arropada por los míos.

        En ocasiones, soy mar en calma y sol como las playas de mi isla.  En otras ocasiones entro en ebullición como los volcanes de mi tierra. A veces puedo ser tormenta, tempestad, pero otras soy alisio suave y fresco como los vientos que endulzan el clima de mi Gran Canaria.

Así soy yo, pero cada día me acepto más e intento mejorar. Cada vez me gusta más como soy.

jueves, 24 de junio de 2021

Te sigo extrañando

   



TE SIGO EXTRAÑANDO

Aquí desde mi rinconcito, te echo de menos. Hoy te extraño algo más, ya que es el día de tu santo y lo hubiéramos celebrado de otra forma, de manera especial.

 Esto que escribo hoy va por ti:

             Él era debo decir, como todos los abuelos, pero para mí, el más especial. 

Aunque en mi infancia eras joven y trabajabas aún de carpintero, el tiempo que no le pudiste dedicar a los hijos, sí lo podías dedicar a los nietos, valorando ya, como cualquier abuelo, la risa, el abrazo y el "te quiero" de un niño.

Yo crecí, me hice adulta bajo tu siempre atenta mirada, y con los años nos acercábamos, si cabe, cada vez más. Seguíamos compartiendo mis buenos y malos momentos. En los malos me desahogaba contigo y en los buenos, te alegrabas más que nadie de que me salieran las cosas bien.

Papi, hace ya muchos años que no estás conmigo. Quince años, para ser exactos, que no sigues enriqueciendo mi vida. Ya al terminar la jornada, como cada noche, no acabo en tu casa contándote como me ha ido el día. Conversábamos con igual pasión y entusiasmo, de lo importante y lo trivial; tú siempre con algo nuevo que enseñarme, siempre con esa serena sabiduría tuya que te aportaron la vida y la experiencia y yo siempre con algo nuevo que aprender de ti, con otro punto de vista que no me había planteado.

Hoy sigo hablando contigo en las noches. Te sigo viendo como a mi “Dios”; aquel que lo sabía todo como cuando era niña. Aquel que solo con cobijarme en sus brazos me calmaba y me transmitía paz.

Ahora que las cosas me van mucho mejor y que tengo nuevos logros realizados, o en proceso, también te los sigo contando. Hablo contigo cuando el silencio de la casa ensordece la noche. Sé que allí donde estés estás velando por mí y, aunque no estás físicamente, yo te siento cerca y creo que sigues pendiente de mi vida. Seguramente en más de una ocasión habrás tenido que interceder por mí, porque yo sigo pidiéndote ayuda. Sé que envías fuerzas a la que fue tu compañera de toda la vida para que pueda sobrellevar el peso de la soledad. Si existe Paraíso seguro que vives en él como querrías. Imagino que estarás arreglando las escaleras de entrada el Cielo, seguro que estás muy ocupado pues nunca te ha gustado holgazanear y habrás cambiado los balaustres de esa escalera para que la entrada sea más llamativa y bonita, o quizás estás arreglando la puerta que recibe a las almas, acompañado de San José, el carpintero Celestial. Apuesto que, en tus ratos libres, vas de pesca con San Pedro y luego preferirás no disfrutar ese mero que acabas de pescar, para que lo coman otros y ver sus caras de satisfacción, tal como hacías aquí. También sé que “exista lo que exista” después de esto nos volveremos a encontrar. Pero hasta entonces y aún después de todo este tiempo, sigo teniendo un vacío inmenso en mi vida, sigo teniendo dolor en mi alma. Te quiero, Papi. Sigues en mi corazón.

En memoria de Juan Vega Jimenez, mi ABUELO.

domingo, 20 de junio de 2021

HOY DECIDÍ

     

    Desde mi rinconcito:

    Hoy decidí perdonarte.

    No lo he hecho porque tú me pediste disculpas, ni porque te diste cuenta del daño ocasionado.

    Sé bien que la culpa no fue solo tuya. Sí, tú eras así, pero yo te lo permití. Yo lo acepté cada vez rebajándome más, anulándome más. Yo te atraje a mí por algún motivo, porque no me valoraba, porque tenía algo que aprender... 

    Desde luego aprendí, por supuesto que aprendí,  comencé a valorarme y a quererme.

    Ahora estoy llena de amor y felicidad. Eso es lo que reparto y ahora puedo dar lo mejor de este nuevo yo.

    Sí, ya te perdoné, porque mi alma necesitaba hacerlo por sí misma, para crear mi mundo sin rencores, sin dolor. Ahora mi corazón tiene mucho más hueco para todo lo bueno que me ha llegado y para dejar venir todo lo maravilloso y mágico que aún está por llegar.

    Aquel hombre que yo creí conocer ya no existe. No sé si alguna vez existió, o yo te justifiqué hasta idealizarte, lo cierto es que me defraudaste; no, quizás fui yo quien me defraudé a mí misma engañándome. Ya da igual, ese hombre que yo creía que eras ya le lloré en su día, ya pasé el duelo, ya lo enterré y lo superé.

    Si algún momento el Universo te vuelve a poner en mi camino, te saludaré, claro que te saludaré, pero al igual que se saluda a un conocido, no como se saluda a un amigo, no como a alguien a quien quieres, ni siquiera como a alguien a quien aprecias, porque esa persona que ahora estaría viendo, ya es un extraño para mí, no fue el hombre de quien me enamoré, ni el creí que eras hasta que te desenmascaraste o a mí se me cayó la venda de los ojos.

    Hoy deseo que las cosas te estén yendo bien, y lo hago de corazón. porque gracias a lo que pasé contigo, a que me mostraste con tu actitud y comportamiento lo que no quería en mi vida y a todo lo que tuve que superar por ti, hoy por hoy soy muy FELIZ.

domingo, 13 de junio de 2021

A MI HIJA


Aquí desde mi rinconcito, estas palabras van para mi hija.

 A mi hija, a mi vida:

    Cuando la vida me aleje de ti y ya no pueda cuidarte, acuérdate de estas palabras que ahora te escribo:

    Si te gusta una determinada ropa, póntela. Si te quieres cortar el pelo o te lo quieres dejar largo, hazlo. Cualquier decisión que consideres acorde con tus valores, hazlo también.  Si te gusta una canción la oyes y si te gusta bailarla, la bailas. Que nadie venga nunca a decirte cómo vivir tu propia vida.

    Ahora mismo te voy a dar unas pautas que me gustaría que siguieras: 

     Primero, te aconsejo que cultives la capacidad de amarte y de aumentar tu autoestima, de que comprendas que, para ser feliz, debes entre otras cosas aprobarte a ti misma, que eso es una buena base para afianzar el resto. 

        Segundo, eres fuerte, tú lo sabes, lo hemos hablado y sabes que tienes la fuerza para ir a por tus sueños. Que no pasa nada si no lo logras, que disfrutes del proceso. La felicidad muchas veces está en la ilusión de intentarlo y cuando llegas a la meta, ya terminó, y vamos a por otra meta. Y que, si fallas y aún lo deseas, no te des por vencida, aprende y comprueba en que te equivocaste y vuelve a intentarlo. Disfruta del camino que estás recorriendo para conseguir tus sueños, aun cuando no salga bien la primera vez. Si te gusta lo que estás haciendo, eso también es felicidad.

     Y tercero, te doy la liberación: te libero de todas aquellas creencias y convenciones que te he inculcado y que no te parezcan correctas. Te libero de aquella herencia que yo traigo de mis ancestros y que tú no tienes por qué acarrear. Tú no tienes que lograr esos sueños que yo no he realizado, tienes que lograr los tuyos. No tienes que recorrer mis caminos, tienes que recorrer los tuyos. Sé todo lo que tú quieras ser, mientras te haga feliz. Ilusiónate con lo que te guste y ve a por ello. No sigas a los demás, sé tu propio líder. No te quedes sin hacer lo que te llene. Lucha por tu felicidad.

      No creas lo que te digan, siempre sopesa, estudia y valora antes de decidir. Haz lo que consideres, si a ti te parece adecuado, si te va a hacer  feliz, si no le vas a hacer daño a nadie,  empezando por no hacerte daño  a ti misma. Aprende a decir que no, si tú no quieres, aquellos que te aprecian y te quieren deben respetar y aceptar tu negativa, de lo contrario, no te merecen.

        Recuerdo cuando eras pequeña y no querías darle besos a nadie, sobre todo si no los conocías mucho.  Por convenciones sociales, alguna vez te obligué a hacerlo, hasta que me di cuenta de que era un error por mi parte, era yo la que me estaba equivocando. Yo empleé el mismo sistema que me habían aplicado a mí. Te estaba enseñando a no negarte, a obligarte a realizar algo que en realidad no querías, a no saber decir no. Te colgué la etiqueta de tímida, cuando lo cierto era que esa persona no te gustaba del todo o no te generaba confianza. Entonces, me di cuenta de que lo hacías por obedecerme, pero lo pasabas mal y rectifiqué, preferí explicar que no dabas besos y hasta en ocasiones dejar que pensaran, o criticarán que te estaba educando como una salvaje. Hoy por hoy, sé que fue una decisión acertada. Tú también me enseñas cosas a mi. Me vas haciendo superarme y ser mejor persona.

     Eres única y maravillosa. Me encanta ese humor sarcástico e irónico que tienes. Lo empática que eres. Como proteges a tu hermano, aunque él no se deje. Eres dulce, pero a la vez fuerte. Me maravilla lo noble que eres con la gente a la que quieres y lo cariñosa que te muestras con los animales. Como cuestionas algo que crees injusto y como con respeto argumentas cuando te castigo a ti o a tu hermano, si crees que no he sido coherente. Ahí es cuando me doy cuenta de que no le he hecho tan mal contigo. 

      Hija mía, agarra el timón. Dirígete a dónde quieras ir. Nunca te ancles. Nunca te quedes sin hacer lo que quieras por "el qué dirán".  

     A todos nos llega una mañana en que ya no nos levantamos, y despertar y tener un día por delante ya es algo maravilloso.  Vive, disfruta y si un día estás mal, algo te sale mal o tienes algún dolor, pena o cualquier otra cosa negativa, llora, exprésalo, patalea, grita, sufre, pero después, busca soluciones y sigue para adelante de nuevo con más fuerza, con más ganas de superarlo y salir; porque eres fuerte, poderosa, capaz y tú puedes.

     Cuando algún día yo no esté a tu lado, y te sientas mal, triste, sin fuerzas... busca esto y léelo cuantas veces necesites. Pon tu mano en tu corazón y siénteme. Yo estaré ahí, siendo parte de ti, pero mejorada.

     Pero por lo pronto, yo sigo aquí, para alentarte, ayudarte, animarte y buscar soluciones contigo. Abrazarte y consolarte, llorar contigo si es necesario y alegrarme contigo cuando logras objetivos o superas obstáculos. Soy tu madre y también la persona que más te quiere y en la que más podrás confiar en este mundo. Yo no te traicionaré nunca; me estaría traicionando a mí misma. Te quiero mucho, hija mía. Un abrazo tuyo, siempre logras desbordar mi corazón de felicidad. Esa felicidad que es plena cuando veo a la mujer en la que te estás convirtiendo.


viernes, 11 de junio de 2021

CONSTERNACIÓN

 Desde mi rinconcito, mi tierra muere hoy de pena, la tristeza embarga a mi gente y el dolor por empatía quema, desquebraja y aflige a todos los canarios.



Hoy mi tierra está de luto.

Hoy mi tierra está consternada.

Hoy mi tierra sufre.

Lo sucedido en la isla hermana con esas dos niñas es escalofriante, abominable, deleznable, espantoso, aterrador… y podría sacar miles de adjetivos más.

No encuentro excusa, ni explicación, ni justificación para lo sucedido.

No, no la encuentro porque tampoco creo que la haya.

Qué horror debe ser que tu persona de confianza, aquel que se supone que debe ser el que te cuida, el hombre que se desvela por tu felicidad, estabilidad y se desvive para que nada te pase, tu Dios, es precisamente el que te hace daño.

Qué atrocidad que la cara de tu asesino sea la de tu propio padre.

Te has llevado a tus hijas. Has arruinado y destrozado a tres familias: la de la madre de tus hijas, la de tus padres y la tuya propia.

Ya ninguno de ellos verá crecer a tus hijas, ya no las verá graduarse, madurar, tener sus propios hijos y labrarse su felicidad, esa felicidad de la que podrías haber sido cómplice.

No quiero pensar, si quiera, en lo que están pasando esas familias; en el sufrimiento y dolor de esa madre, esa pobre, que en su día te eligió y te dio el regalo de ser el padre de sus hijas.

Por llamarlo de alguna forma ¡qué “egoísta”! lo has hecho, sin pensar en nadie. Has cargado a tus propios padres con ese peso. Les has encasquetado el mochuelo de que su hijo es uno de los peores asesinos de este siglo y cargarán, y tendrán que vivir con ello.

Hoy mi tierra está de luto

Hoy mi tierra está consternada.

Hoy, mi tierra sufre.

domingo, 6 de junio de 2021

El mar

Aquí desde otros de los rinconcitos de mi isla. Playa de San Felipe. Desde este mar del norte.

    El mar siempre saca lo mejor de mí. Lo siento mío. Es como yo: Tiene temperamento, pero puede ser calmado; tiene intensidad, fuerza, pero a la vez me llena de paz, me relaja, me calma; a veces se desborda, pero también es balsa, remanso; tiene compás, ritmo constante como un corazón latiendo. Es mi mar, es parte de mi isla, de mí. Igual que erosiona la roca y la modifica, ha curtido mi carácter.

 

sábado, 5 de junio de 2021

Mi locura






 






Aquí desde mi rinconcito, quiero decirles, que sí, que puede ser que esté loca.

Puede que esté loca:
Cuando río a carcajadas con mis hijos.
Cuando me escondo para que mi perra me busque.
Cuando juego con mis gatos.
Cuando me divierto con mis amigos, recordando nuestras peripecias de adolescencia y juventud.
Cuando salto en un charco, yendo con mi pequeño de la mano, sin importarme ensuciar mi ropa.
Cuando bailo sola en la cocina siguiendo el ritmo de la música.
Cuando voy cantando en el coche camino del trabajo.
Cuando saco a esa niña que vive en mí, tirándome del tobogán retando a mis hijos, y el resto de los padres del parque me miran pensando "y esa chiflada, ¿de dónde salió?
Cuando me escondo para asustar a mi hija.
Cuando en una reunión "seria" gasto una broma para romper la tensión.
Cuando me como un helado y lo disfruto como si fuera el primero.
Cuando le pongo las manos frías a mi pareja a sabiendas que va a brincar, pero que al final, me hará otra travesura y reiremos cómplices.
Si, me niego a ser cuerda.
¿Cuerda? Solo a veces, a ratos, lo necesario.