sábado, 20 de marzo de 2021

NO HACE MUCHO TIEMPO

 

NO HACE MUCHO TIEMPO

 

Aquí desde Mi Rinconcito, les hago partícipes de mis sentimientos, tras encontrar una foto que me ha traído recuerdos.


No hace mucho tiempo, o así a mí me lo parece, mi hija era un bebé. Lloraba a todas horas, padecía de reflujo y de cólicos, dormía a intervalos de no más de media hora. Yo ya había comenzado a trabajar y me iba angustiada de tener que dejarla tan pequeña en la guardería, y durmiéndome por las esquinas debido a las malas noches. Nosotros, padres primerizos, sin tener ayuda y con falta de conciliar el sueño estábamos desesperados. Nos exasperábamos por cualquier cosa y las discusiones eran frecuentes por el más mínimo desacuerdo y todo pese a que nuestra felicidad era completa; ambos habíamos conseguido tener lo que deseábamos, UNA FAMILIA; pero no nos parábamos a valorarla ya que disfrutábamos de pocos minutos de paz.

Aquellos malos momentos y de sufrimiento, no saber que hacer, ver que ella también lo pasaba mal, me desesperaba y me hacían desear que creciera. Algo que parecía eterno y que rápido se ha pasado.

Hoy esa “niña” apenas pasa ratos con nosotros; sólo el que como familia le exigimos. Se ha convertido en una mujercita. Pasa momentos estudiando, con sus amigas, enfrascada con su música y otros ratos en su mundo. Cada vez pide menos abrazos de sus padres. Por supuesto sigue siendo cariñosa, pero como los gatos; cuando ella quiere.

Tengo la suerte de que se está convirtiendo en una persona generosa, empática, buena estudiante, comprometida, amigable, comprensiva. También es crítica y dispuesta a defender su postura, a veces con un carácter del demonio, pero que sé que le servirá para defenderse y defender posiciones e ideales. Goza de un humor irónico que me encanta y lo mejor de todo, se está haciendo muy independiente, mirando por su futuro, un futuro que está más cerca de lo que ella piensa.

Sé que la vida sigue y que debe ser así, pero hoy en día añoro aquel bebé que lloraba a todas horas y que no me permitía ir ni al baño sin que la oyera berrear. Hija mía, daría lo que fuera por volver a dormir sentada contigo apoyada en mi pecho y perder horas de sueño mirándote inmovilizada para no despertarte, sabiendo que todo pasará y pasará muy rápido.

A esos padres primerizos deseo que tengan la buena fortuna de que sus hijos sean unos dormilones y les dejen descansar, pero si no es así, pueden utilizar esos métodos en que se supone que deben dejarles llorar. En mi opinión y según algunos expertos, si lloran y están bien limpios, comidos y no están enfermos, es que necesitan el calor de sus padres, así que, si yo fuera ustedes, les abrazaría, les cobijaría y los adoraría, porque pronto no querrán estar en vuestros brazos. Algún día les pedirán bajar de esos brazos y ya no volverán a subir a ellos nunca. Les tocarán vivir otras cosas, también importantes, maravillosas y únicas, pero esas ya no volverán y les aseguro que las extrañarán muchísimo. Disfruten de ellos porque el tiempo, no retrocede. 

 

                            Consejo de una mamá para quien quiera aplicarlo.